martes, 22 de marzo de 2022

Análisis bibliográfico

Primeramente veremos cómo comienza la conceptualización y los factores de riesgo añadidos al fenómeno. 

Según Esteve (2004) la adolescencia constituye un periodo tormentoso y lleno de tensiones, agotador, repleto de crisis de identidad y trastornos emocionales, alienación psicológica y de enfrentamiento y conflicto con los padres. Puede dar lugar a conductas antisociales y/o delictivas que llegan a crear una alarma social por protagonizarse por jóvenes adolescentes.

Según Alves (2005) periodo prometedor y lleno de oportunidades, adquiriendo nuevas y significativas dimensiones, alcanzando mayor autonomía creativa mediante la puesta a prueba de hipótesis sobre el mundo y sobre sí mismo.

Según Swaw (2001) las conductas antisociales, infracciones e ilícitos penales que pueden llegar a ser efectuados por estos, forman parte de una conducta exploratoria y de autoafirmación dentro de un proceso normal de crecimiento, aprendizaje y desarrollo social.

Para Berk (1997) la autonomía adolescente tienen un fuerte componente emocional, prevaleciendo lo de uno mismo sobre aquello que viene de sus padres. Como agentes socializadores, toman gran importancia los iguales o pares, desarrollándose nuevos puntos de vistas y habilidades sociales.

Dentro de ese grupos de iguales es donde los jóvenes miden su identidad, alejados del vínculo familiar y del papel o rol que los padres asignan. Nos encontramos con una relación horizontal y próxima donde se comparten sentimientos, pensamientos, expectativas incapaces de confiar con sus progenitores. (Elzo, 2000)

Para Carnevalli y Kälman (2007) la existencia de conflictos intrafamiliares, familias desestructuradas y situaciones de precariedad socioeconómica, llevarán a los adolescentes a buscar refugio en el grupo de iguales, lo cual aumentará el nivel de influencia sobre ellos.

Nos encontramos antes un factor de riesgo cuando les empujen a conductas antisociales y/o delictivas ya que la pertenencia a un grupo, banda o pandillas pueden hacer llevar a los adolescentes a desarrollar actos punibles como prueba de demostración de pertenencia y reconocimiento. El adolescente encuentra un apoyo dentro de tal organización con mayor reconocimiento personal y una función más específica y especializada; ofreciéndole éxito personal y protección frente a las agresiones de terceros.

Para Walgrave (1995), los jóvenes estigmatizados presentan lo que denomina “vulnerabilidad societal” (p. 1260):

  • Niños y adolescentes que han fracasado en su proceso de sociabilización (familias disfuncionales, fracaso escolar, etc.).
  • Satisfacen la falta de compensación psicosocial mediante el refuerzo que reciben en grupos de iguales con valores distorsionados con respecto a los aceptados socialmente.
  • La forma de legitimar su valores es desafiando aquellos socialmente aceptados (comportamientos antisociales y delictivos, etc.
Factores que señalan Carnevalli y Kälman (2007) como favorecedores para la realización de actos punibles llevados a cabo por bandas juveniles, son:

  • Formación de estructuras autoritarias.

  • Presión del grupo sobre el adolescente para que actúe según las normas y reglas internas.
  • Dinámicas de grupos de que promuevan y faciliten conductas violentas y la perpetración de hechos punibles
Realizado por Laura García Parra

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