domingo, 17 de abril de 2022

¿Cómo funcionan las bandas juveniles?

 

La erradicación de las bandas juveniles de Madrid se ha convertido en una de las prioridades con respecto a la seguridad ciudadana, ya que son muy peligrosas y están formadas por centenares de jóvenes y menores de edad dispuestos a matar para pertenecer al grupo. Los agentes las definen como escuelas de delincuentes que obligan a sus miembros a pagar una "cuota de permanencia" bajo amenazas.

No obstante, lo que más caracteriza estas bandas, es su extrema violencia y la lucha que tienen para controlar diferentes zonas de Madrid. Están involucrados en asesinatos, robos con mucha violencia, prostitución, narcotráfico y compraventa de armas.

Estos grupos de jóvenes suelen moverse en grupo y casi siempre van armados con cuchillos, navajas, machetes, bates de beisbol e incluso pistolas. Son, además, muy activos en las redes sociales, donde hacen ostentación de su estilo de vida, sus gustos musicales y, en ocasiones, de sus actividades delictivas.

Así captan a los menores de edad en estas bandas juveniles. Los líderes de las bandas captan menores de edad en situación vulnerable a fin de que cometan crímenes con más impunidad que los mayores de edad. De hecho, hay niños de 12 años que ya pertenecen a estas peligrosas bandas. Los convencen de unirse prometiéndoles alcohol, drogas, protección y sexo con otras adolescentes de la banda. Se trata de bandas cuyos integrantes son de origen latino aunque nacidos en España y que se unen a ellas a muy corta edad, cuando cuentan entre los 11 y los 14 años, según los datos que maneja la Policía.




Se le exige una cuota de permanencia de entre tres y 10 euros semanales a cada uno de los miembros. Una vez entran en estas bandas, es muy complicado salir: les hacen pagar una cuota de entre tres y 10 euros a la semana. Como muchos de estos adolescentes no están en edad laboral ni trabajan, empiezan robando dinero a sus familiares para pagar la cuota de permanencia y, poco a poco, empiezan los robos con violencia e intimidación en la calle.

Existe una gran dificultad para salir de la espiral de la delincuencia. A la presión de tener que pagar esta cuota se le tiene que sumar la prisión de los líderes de las bandas, que los amenazan para que no abandonen a la tribu urbana, hecho que hace entrar a los novatos en un círculo de delincuencia de lo que es muy complicado salir y que acaba derivando en abandono escolar y familiar, peleas, robos y, en el peor de los casos, asesinatos.


Realizado por Diego Vasco Aguilera.

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