La Comunidad
de Madrid ha reafirmado su apuesta por el modelo de intervención que mantiene
desde casi dos décadas para jóvenes y menores que cumplen condena. Un modelo
que «queda avalado por datos como el escaso porcentaje de riesgo de
reincidencia y los buenos resultados de sus programas de reinserción
sociolaboral, todo ello en un contexto tan difícil como la crisis sanitaria
provocada por la pandemia». Creen que el que los menores infractores
adquieran unos hábitos laborales favorece su proceso de reinserción una vez
concluyan el cumplimiento de su medida judicial, ya que encontrar un trabajo
les proporciona la autonomía personal necesaria para no volver a reincidir. A
través de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, la
Comunidad organiza en sus centros talleres pre-laborales y laborales.
Así lo ha
puesto de manifiesto el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique
López, durante la presentación de la Memoria 2020 de la Agencia para la
Reeducación y Reinserción del Menor Infractor (ARRMI), que el año pasado
atendió a 2.773 menores y jóvenes, de los cuales sólo el 17,13% (uno de cada
seis) cumplía medidas en régimen de internamiento.
López ha
destacado que los datos de la ARRMI del año pasado “refuerzan un modelo caracterizado
por cuatro ejes primordiales, como son la individualización del tratamiento, la
aplicación de programas de intervención especializados, la vocación y
capacitación de los profesionales y la implicación de las familias en todo el
proceso reeducativo encaminado a la reinserción de los menores y jóvenes con
los que se interviene”.
En concreto, el consejero ha subrayado que entre los jóvenes y menores que cumplen medidas judiciales en algunos de los seis centros que tiene la ARRMI en la región, aproximadamente el 90% tiene una evolución positiva, al disminuir sus factores de riesgo de reincidencia delictiva. También ha resaltado que de los 440 menores y jóvenes que participaron en 2020 en el programa de reinserción sociolaboral de la Agencia, 214 lograron un contrato de trabajo.
Según recoge la Memoria de la
ARRMI, de los 2.773 menores y jóvenes atendidos, 1.592 correspondieron a altas
nuevas, lo que supone un descenso de casi el 8% con respecto a 2019. En cuanto
al perfil de los que cumplían el año pasado medidas judiciales en los centros
de la Agencia, se observa un ligero aumento en la media de edad, ya que el
porcentaje conjunto de la franja etaria de 17 años en adelante creció un 4%
respecto a 2019.
Así, el grupo de 18 años es
junto al de 17 el mayoritario, representando en conjunto casi el 55% sobre el
total de los menores y jóvenes atendidos. En cuanto al sexo, un 78,65% son
hombres y un 21,35% mujeres. En lo que se refiere a la nacionalidad, el 75,33%
son españoles; el 12,30%, de países del Magreb; el 6,19% de Iberoamérica; y el
3,98% de países de la UE.
En lo relativo a las
tipologías delictivas, durante el pasado año se aprecia una reducción de
condenados por comisión de delitos contra el patrimonio, fundamentalmente robos
y hurtos, pasando del 48,6% en 2019 al 46,04% en 2020.
También disminuyen, en
relación con 2019, los delitos relacionados con el maltrato (especialmente
violencia filio parental), que pasa del 15,1% al 14,74% en 2020, y con las
lesiones (13,65% frente al 14,8% registrado en 2019).
Respecto a los delitos más
graves y que despiertan mayor alarma social (homicidios, asesinatos y delitos
contra la integridad sexual), la proporción sobre el total continúa, al igual
que en 2019, siendo escasa, llegando sólo hasta el 3,65%. Por lo que respecta a
los delitos de carácter sexual, predominaron los abusos (19 casos) sobre las
agresiones sexuales (7).
Escrito por María Urbano Blázquez.
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